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dc.contributor.authorBenjamin, Georges C.
dc.date.accessioned2020-07-01T21:00:09Z
dc.date.available2020-07-01T21:00:09Z
dc.date.issued2020-06
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12663/1934
dc.identifier.urihttps://iris.paho.org/handle/10665.2/52233
dc.description.abstract[ABSTRACT]. The COVID-19 pandemic has significantly stressed public health systems around the world and exposed the gaps in health care for underserved and vulnerable populations. In the context of the social determinants of health, focusing on health system preparedness is paramount for protecting the health of all of society. Faced with old threats (e.g., re-emergence of measles), disruptive new technologies (e.g., electronic cigarettes), increased challenges (e.g. drug-resistant organisms), and new threats (e.g., the current pandemic, climate change, politicized misinformation), our health systems must be robust and resilient. The response must include those who now suffer disproportionately—the poor and the vulnerable. Current World Health Organization priorities call for infrastructures capable of detecting, monitoring, and responding to health emergencies, such as COVID-19, and the health impacts of climate change in the context of health for all. Health care infrastructure can be better prepared and more equitable if systems are strengthened by building on core competencies and following the recommendations made for leadership, stakeholder involvement, accreditation, data collection, and funding resources. Ensuring health equity in a pandemic requires robust and resilient public health infrastructure during normal times.
dc.description.abstract[RESUMEN]. La pandemia de COVID-19 ha sometido a una gran exigencia a los sistemas de salud pública de todo el mundo y ha puesto de manifiesto las deficiencias de la atención de la salud de las poblaciones desatendidas y vulnerables. En el contexto de los determinantes sociales de la salud, es fundamental centrarse en la preparación del sistema de salud para proteger la salud de toda la sociedad. Frente a las viejas amenazas (p. ej., la reaparición del sarampión), las nuevas tecnologías perturbadoras (p. ej., los cigarrillos electrónicos), los mayores desafíos (p. ej., los microorganismos resistentes a los medicamentos) y las nuevas amenazas—la pandemia actual, el cambio climático, la politización de la información y la desinformación sobre la salud—nuestros sistemas de salud deben ser sólidos y resilientes. Su respuesta debe incluir a quienes ahora sufren de manera desproporcionada, los pobres y los vulnerables. Las prioridades actuales de la Organización Mundial de la Salud requieren infraestructuras capaces de detectar, vigilar y responder a las emergencias sanitarias, como la COVID-19, y a los efectos del cambio climático sobre la salud en el contexto de la salud para todos. Si se fortalecen los sistemas de salud reforzando sus competencias básicas y siguiendo las recomendaciones formuladas en materia de liderazgo, participación de los interesados, acreditación, recolección de datos y recursos de financiación la infraestructura de atención de la salud estará mejor preparada y será más equitativa. Para garantizar la equidad en la salud en una pandemia se requiere una infraestructura de salud pública sólida y resiliente en épocas normales.
dc.languageEnglish
dc.subjectInfecctious Diseases
dc.subjectCOVID-19
dc.subjectCoronavirus
dc.titleEnsuring health equity during the COVID-19 pandemic: the role of public health infrastructure
eihealth.countryRegional, Americas (PAHO/OPS)
eihealth.categoryInfection prevention and control, including health care workers protection
eihealth.typeJournal Article


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